Impacto
del cohete balístico
intercontinental
“Hwasong-14”
y su significado
La
República Popular Democrática de Corea (RPDC) logró éxito en el
lanzamiento de ensayo del cohete
balístico
intercontinental “Hwasong-14”, lo cual agita al mundo. ¿Qué
sentido insinúa a la comunidad internacional el impacto de este
lanzamiento seguido por el del cohete
balístico
estratégico tierra-tierra de alcance intermediario “Hwasong-12”,
efectuado en mayo pasado?
Primero,
la existencia real de la RPD de Corea como potencia nuclear del
Oriente no negable y su posición estratégica.
Antes
que nada, sus fuerzas armadas nucleares en la fase superior.
La
RPD de Corea ya antes ha poseído la bomba de hidrógeno y realizado
la disminución, aligeración y diversificación de la ojiva nuclear.
Lo que se le quedó fue hacer lo que la transportara. Posteriormente
a la tenencia de la bomba termonuclear, con miras a poner fin
definitivamente al chantaje nuclear de Estados Unidos de América, la
desarrolló notable y altamente. En junio de 2016 lanzó el cohete
balístico
estratégico tierra-tierra “Hwasong-10” de alcance intermediario,
cuya altura máxima fue de 1 413,6 kilómetros, mientras la del
cohete “Hwasong-12” lanzado en mayo de 2017 fue de 2 111,5, el
aumento en unos 700 kilómetros en menos de un año. A menos de dos
meses de aquel tiempo logró éxito en el lanzamiento de ensayo del
cohete
balístico
intercontinental “Hwasong-14”, última fase del complemento de
las fuerzas armadas nucleares del país. El artefacto subió en 39
minutos a una altura de 2 802 kilómetros y navegó 933 kilómetros.
Se trata, diríase, de una velocidad misteriosa que admira al mundo.
También
la RPD de Corea alcanzó un nivel notable en la esfera de la
tecnología de lanzamiento del cohete. Lanzó con el ángulo recto
casi todos los cohetes estratégicos de ensayo. El lanzamiento con el
ángulo recto no es concebible sin la tecnología extraordinaria,
requiere una tecnología de tal nivel, y ningún país lo hizo.
Norcorea, con el lanzamiento con el ángulo recto, aun no causándole
daño a otros países, diríase, naturalmente realizó el lanzamiento
de ensayo del misil balístico intercontinental, comentó el 27 de
julio de 2016 la Asociación Nacional de los Coreanos Residentes en
Estados Unidos en un artículo.
El
lanzamiento del “Hwasong-14” demostró que Norcorea es digna
potencia nuclear que tiene cohete balístico intercontinental con el
que puede golpear cualquier lugar del territorio norteamericano.
Segundo,
que ningún embargo y presión de Estados Unidos tiene validez para
Norcorea y con nada puede detener el avance de ese país.
La
nueva Administración Trump, sucesora de la Obama, recurriendo a la
“máxima presión e intervensión”, le perpetuó maquinaciones de
aislamiento y estrangulación sin precedentes contra la RPD de Corea.
Pero el imperio y sus seguidores no conocen una cosa. La RPD de Corea
no recibió la ayuda y asistencia de algún país avanzado, sino que
con sus propios recursos explotó la bomba termonuclear y produjo el
cohete balístico intercontinental aun en las pésimas condiciones en
las que sufría las extremadas restricciones de EE.UU. y sus
acólitos. Por muy compleja y difícil que era la situación no se
mostró vacilante ni en lo mínimo ni se rindió ante el imperialismo
ni tampoco renunció al fortalecimiento de las armas nucleares y la
capacidad disuasiva nuclear, que constituyen un medio de defensa de
la justicia y soberanía.
Todos
los portentosos éxitos de la RPD de Corea alcanzados en los últimos
años en el fortalecimiento de la capacidad de disuasión nuclear y
el reparto Ryomyong y otras grandes construcciones hechos cuando el
país estaba al borde de la guerra, son patentes testimonios de su
firme espíritu de independencia.
Norcorea
cumple infaliblemente lo que se propone y nada puede frenar su
avance, este es el sentido que el impacto del “Hwasong-14”
insinúa.
Tercero,
que es, diríase, la solemne declaración que augura el fin de la
ambición por el dominio del mundo por Estados Unidos.
El
cohete
balístico
intercontinental “Hwasong-14” fue lanzado el 4 de julio, día de
la independencia de Estados Unidos, hecho de sentido verdaderamente
profundo. Es que en el día de la independencia de EE.UU. que,
valiéndose de la bomba atómica, realiza a su capricho ataques
militares sólo contra los países pequeños y débiles, los no
nucleares selectos, país que dio origen al alud de migrantes en el
mundo y fomentó el terrorismo por doquier, el origen del mal, salió
el arma estratégica de la RPD de Corea.
El
exitoso lanzamiento del “Hwasong-14” quebrantó la “supremacía
nuclear” del imperio y el “mito sobre la era de Estados Unidos de
América” que ha dominado el mundo hasta la fecha. Si Trump se
atreviera a apretar el botón para el ataque nuclear anticipado
contra la RPD de Corea, las ojivas nucleares transportadas por el
cohete balístico intercontinental “Hwasong-14” arrasarán en un
santiamén el territorio estadounidense y las bases de la agresión,
algo hecho por sentado.
Las
armas nucleares de Norcorea que sofrenan a Norteamérica abren una
espléndida perspectiva para la paz en la Península Coreana y el
resto del mundo. Mientras que la RPD de Corea posee la bomba
termonuclear de justicia, el imperio no desatará nunca en la
Península Coreana una guerra nuclear que pondrá fin a su existencia
y en el noreste asiático y en el resto del mundo la paz será
preservada fidedignamente.
El
lanzamiento del “Hwasong-14” da a conocer a los pueblos
progresistas del mundo que la bomba termonuclear de justicia
garantiza la auténtica paz.
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