miércoles, 3 de abril de 2013

decisión final del Mariscal dada en la reunión operacional de la Comandancia Suprema del EPC y la unánime voluntad de todos los uniformados y civiles que esperan la orden final del Comandante Supremo, el gobierno, partidos políticos y entidades de la RPDC declaran como lo siguiente:




1. Desde este momento, las relaciones íntercoreanas entrarán en la fase de estado de guerra y todos los problemas que se surgirán entre ellas se tratarán de acuerdo con el tiempo de guerra.

Se acabó en la Península Coreana el estado ni pacífico ni bélico.

Dado que nuestras fuerzas armadas revolucionarias entraron en las acciones militares reales, también las relaciones íntercoreanas ya han entrado automáticamente en el estado de guerra, razón por la cual castigaremos sin piedad y sin anuncio previo con las resueltas acciones físicas a todos los actos provocativos que atenten siquiera la mínima dignidad y soberanía de la RPDC entre las relaciones íntercoreanas.

2. Si EE.UU. y la banda de los títeres surcoreanos cometen la provocación militar para desatar la guerra de agresión al Norte de Corea en cualquier zona, sea en las 5 islas del Mar Oeste o en las inmediaciones de la Línea de Demarcación Militar, ésa no se limitará a la batalla local sino se extenderá a la guerra total y la nuclear.

Dado que EE.UU. recurre con frenesí a las maniobras de guerra nuclear de agresión al Norte enviando al firmamento surcoreano los bombarderos estratégicos nucleares emplazados en las bases militares de Hawai, la isla Guam, otras zonas del Mar Pacífico y su territorio, es obvio que cualquier choque militar en la Península Coreana se extienda a la guerra total y la nuclear.

El primer golpe de las fuerzas armadas revolucionarias de la RPDC acabará con las bases militares de las tropas agresoras norteamericanas en el propio territorio estadounidense, Hawai, la isla Guam y otras partes de la zona operacional del Pacífico y devastará también las bases norteamericanas en el Sur de Corea, Chongwadae y otros órganos de dominación y las bases del ejército surcoreano, de manera que todos los agresores y provocadores se reduzcan a polvos y cenizas.

3. No perderemos la oportunidad de oro para lograr la victoria final en la gran guerra por la reunificación de la patria.

Esta guerra no tardará ni 3 días sino será la relampagueante y tridimensional en que ocuparemos de un tirón toda la extensión territorial del Sur de Corea, hasta la isla Jeju, y libraremos la batalla en el cielo, la tierra y el mar sin distinción del frente y la retaguardia sin darles siquiera a EE.UU. y los belicistas surcoreanos el tiempo de volverse en sí.

La sagrada guerra de justicia es la resistencia pannacional en que se incorporarán todos los compatriotas del Norte y el Sur y sus blancos son los traidores a la nación, inclusive los fanáticos de enfrentamiento, los belicistas y las escorias humanas, quienes serán eliminados sin piedad.

No hay en este mundo el que pueda doblegar la voluntad y la fuerza de nuestro ejército y pueblo y toda la nación coreana, levantados en la justa guerra por la reunificación de la patria.

Nuestra nación, que vive con la gran imagen de los Grandes Hombres del monte Paektu, se librará del rencor acumulado de siglo en siglo y cumplirá su gran deseo de reunificar la patria.

Así levantará en territorio patrio la mejor potencia del mundo.

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