miércoles, 29 de marzo de 2023

LINEAS ROJAS CON EL IMPERIALISMO

 Pyongyang, 28 de marzo (ACNC) -- El diario Rodong Sinmun publicó en su edición del día 28 el artículo de un comentarista intitulado "Comentamos la gravedad de los ejercicios bélicos de EE.UU. y sus lacayos". Su texto completo sigue: La situación de la Península Coreana está llegando cada momento al punto límite sobrepasando el nivel peligroso. En marzo, se tornan ya intolerables el belicismo de EE.UU. y su fiebre de aplastar a la RPDC. Ya hemos advertido a EE.UU. que su imprudente provocación militar y ejercicios bélicos anti-RPDC llevarán la situación de la Península Coreana al borde de guerra nuclear. Sin embargo, EE.UU. y los traidores títeres surcoreanos exponen de manera más belicosa y demencial su intento de agredir a la RPDC. A la advertencia severa del gobierno de la RPDC y la justa demanda de la sociedad internacional de que parara la provocación militar y los ejercicios de guerra que vulneran la paz y estabilidad de la Península Coreana y el resto de la región, EE.UU. respondió con su opción concretada en el abierto intento de agredir a la RPDC y las acciones en este sentido. A principios de este mes, envió urgente y sucesivamente al Sur de Corea el submarino nuclear, los destructores Aegis, los bombarderos estratégicos, los drones y otras propiedades estratégicas principales para desarrollar en el mar y aire los ejercicios combinados de guerra.

A partir del día 13, realizó junto con los títeres surcoreanos el entrenamiento militar conjunto de gran envergadura Freedom Shield suponiendo la guerra total contra la RPDC, por encima del ataque de precisión a las instalaciones nucleares y de misil de alguien y el plan de "golpe preventivo". Se ha revelado esta vez que Freedom Shield, que fue reiniciado desde el año pasado, no es un "entrenamiento anual de carácter defensivo" de que hablan repetidamente EE.UU. y los títeres surcoreanos. En el marco de Freedom Shield, se ejercitaron el "desembarco en Wonsan" y la "toma de Pyongyang" en virtud del "OPLAN 5015" y la "operación de descabezamiento" que persigue el ataque sorpresivo a los puntos estratégicos de la RPDC, etc. Este entrenamiento de mayor duración tuvo lugar de día y noche en 11 días pasando directamente a la etapa de "conquista y estabilización", en lo diferente al modo de ejecución de hasta ahora. En ese período, EE.UU. movilizó todas las propiedades de espionaje, inclusive el avión del "sistema de batalla electrónica de espionaje aéreo" de las fuerzas terrestres y los RC-135V y RC-135S de las aéreas, y cometió las acciones militares anti-RPDC de máximo nivel en el espacio aéreo sobre las zonas principales de la Península Coreana. Antes y después de Freedom Shield, EE.UU. y los belicistas del ejército títere surcoreano libraron en el aire, tierra y mar los ejercicios bélicos de diferentes tipos, tales como la operación combinada de vadeo, el ejercicio de asalto aéreo combinado y de movilidad integral, el adiestramiento conjunto de asistencia de materiales de logística y el de combate científico. Por otra parte, la comandancia operacional de las fuerzas aéreas surcoreanas realizó independientemente durante 3 días desde el día 13 hasta el 15 el ejercicio de "revisión especial de la disposición de combate de 2023" hablando de la "represalia". A partir del día 20, EE.UU. y los títeres surcoreanos reiniciaron el ejercicio conjunto de desembarco "Sangryong" de mayor envergadura en la historia, que había sido suspendido durante un lustro después de 2018. Se han incorporado en Sangryong, cuyo objetivo es la "toma de Pyongyang", el buque anfibio de asalto Makin Island de las fuerzas navales norteamericanas, reconocido como portaaviones ligero capaz de cargar 20 cazas Stealth F-35B, y decenas de buques, más de 70 cazas de diferentes misiones, 50 carros blindados de ataque para el desembarco y más de 10 mil efectivos. El secretario de las fuerzas aéreas y el comandante de la séptima fuerza aérea de EE.UU. discutieron en el Sur de Corea el guión de la guerra de agresión contra la RPDC. Y poco después, el comandante de la infantería de marina del Pacífico, que controla el 70% de los marines de EE.UU., viajó otra vez al territorio surcoreano para dirigir el ejercicio Sangryong que comienza con la "operación de escolta" para el traslado seguro de las tropas de desembarco hacia la meta y se extiende a la "operación de desminado", la de "unidades de avanzada", la "acción decisiva", etc. En la etapa de "acción decisiva", las fuerzas combinadas de EE.UU. y el Sur de Corea desarrollarán en el mar y el aire una operación de gran dimensión para ocupar la zona de blanco. La incorporación de la unidad de batalla especial de un país satélite, que había participado en la pasada guerra coreana, y del colectivo de ataque del portaaviones nuclear Nimitz demuestra que la opción de EE.UU. sobre la RPDC no se limita a la operación militar sino se ha extendido a la etapa de ejecución. Este colectivo de golpe, compuesto por el Nimitz de la 11ª división de asalto, los destructores Aegis Wayne E. Meyer y Decatur y otros medios, desplegó el día 27 en las inmediaciones al sur de la isla Jeju el ejercicio naval que al decir de ellos, "se ha planeado para reforzar la capacidad ejecutiva del disuasivo ampliado mediante el emplazamiento de las propiedades estratégicas de EE.UU.". E intentan desarrollar el día 28 un nuevo ejercicio bélico en el Puerto de Pusan. En tal contexto, EE.UU. y los títeres surcoreanos planean ejecutar en junio que viene los "ejercicios combinados de exterminio con el fuego conjunto" de máxima envergadura en la historia movilizando todos los armamentos ultramodernos de las fuerzas terrestres, navales y aéreas en su conjunto. Todos los entrenamientos militares de los enemigos con carácter demostrativo insinúan claramente que éstos son intolerables acciones para el ataque preventivo que se realizan considerando como un hecho consumado la guerra de agresión contra la RPDC. Estas maniobras, donde se movilizan enormes armamentos de ataque, propasan el nivel de costumbre en su tamaño y período y se realizan de día y noche en cada mes y semana. La incorporación de los armamentos más ofensivos y hasta de la flotilla de ataque del portaaviones nuclear da lo mismo que la abierta declaración de guerra contra la RPDC. Al compás de la campaña conflictiva de EE.UU., los títeres surcoreanos se portan con una locura ridícula. Hace poco, el ministro títere de Defensa Nacional disparató que "es necesario intensificar más todavía los ejercicios porque el Norte (de Corea) amenaza la paz y estabilidad de la Península Coreana y el resto del mundo con el lanzamiento de distintos misiles, incluso el ICBM". Mientras tanto, el presidente fantoche de la Junta de Jefes de Estado Mayor subió el día 27 al portaaviones de las fuerzas navales norteamericanas, Nimitz, donde se hizo el "bravo" exponiendo su fiebre conflictiva con las retóricas atrevidas y someras como "la alianza Sudcorea-EE.UU. hará frente rotundo y aplastante a cualquier provocación y agresión del enemigo" y "dará un castigo horrible en el tiempo de emergencia". Todos los hechos patentizan que los frenéticos entrenamientos militares en la región surcoreana parten de la opción política y militar de EE.UU. de enfrentarse con la RPDC y desatar finalmente la guerra, siendo los ejercicios de guerra nuclear para dar el primer golpe a la segunda tanto en vista de su esencia y carácter como a la luz de su dimensión, contenido y forma. EE.UU., que recurre con frenesí a tales peligrosas acciones militares en la región surcoreana, es el culpable principal de exacerbación de la situación que destruye la paz y estabilidad de la Península Coreana y el resto del Nordeste Asiático. La delicada situación actual se debe enteramente a EE.UU. y sus satélites deseosos de aplastar a toda costa a la RPDC por vía militar y es incuestionable la preparación de la fuerza física capaz de frenar tal intento, lo cual corresponde a nuestro derecho a la autodefensa. Es natural que las fuerzas armadas nucleares de la RPDC procedan a cumplir su misión importante, ante la situación severa en que se ven amenazadas la soberanía y la seguridad del Estado.

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