martes, 16 de abril de 2019

Kim Il Sung, ejemplo de internacionalista

El Presidente Kim Il Sung, poseedor de infinita generosidad y noble deber internacionalista, ayudó material y espiritualmente a pueblos de varios países en su lucha revolucionaria y construcción de nueva sociedad.
La Lucha Armada Antijaponesa del pueblo coreano por acabar con la ocupación militar de Corea (1905-1910) por el imperialismo japonés fue tan ardua que tenía que combatir contra un millón de efectivos militares de Japón por propia cuenta sin ayuda de un ejército regular ni la retaguardia estatal. A pesar de todo, el Presidente, diciendo que la revolución coreana, dada la condición de que se realiza como un eslabón de la lucha de liberación nacional de colonias, estaba estrechamente relacionada con la mundial, defendió con armas a la ex URSS, primer Estado socialista del orbe. Bajo su dirección, los combatientes del Ejército Popular Revolucionario de Corea, cada vez que se creaba la amenaza militar del imperialismo japonés contra el país soviético tales como los incidentes de Jasan y Jaljingol, golpearon incesantemente los importantes puntos militares y la retaguardia del imperialismo japonés para frustrar sus maquinaciones agresivas.
Desatada la guerra civil en China, envió a la región nordeste de este país asiático a los cuadros militares y políticos procedentes del Ejército Popular Revolucionario de Corea, pese a su compleja situación en que se encontraba por la edificación de una nueva patria, hizo que las unidades de coreanos combatieran junto al pueblo chino para la liberación del Noreste de China, y tomó medidas de enviar gran cantidad de armas, municiones y medicamentos a las Fuerzas Unidas Democráticas del Noreste dirigidas por el Partido Comunista de China. Además él mismo fue a Dandong de China donde instruyó a los cuadros principales chinos la vía para superar la situación crítica creada en esa región. Es por esta razón que Mao Tse-tung, Zhe Enlai y otros cuadros chinos dijeron que en su bandera roja de cinco estrellas está impresa también la sangre de los coreanos.
El Presidente ayudó a pueblos de varios países tales como Vietnam, Camboya y Laos en su lucha por la paz regional y el progreso social. Muy emocionado por su camaradería y deber revolucionario, el líder vietnamita Ho Chi Minh expresó que el Presidente Kim Il Sung es el salvador del destino y su hermano consanguíneo que les ayuda desinteresadamente.
A mediados de la década de 1950 apoyó activamente la línea de la lucha armada del Frente de la Liberación Nacional de Argelia y, definiendo el día y la semana para ese país africano, envió una fuerte solidaridad y desinteresada ayuda al pueblo argelino. Entre fines de la década de 1960 y principios de la década siguiente ofreció gran ayuda a la lucha de la liberación nacional del pueblo angoleño por liberarse de la dominación colonial.
También dio audiencias a los líderes de Mozambique, Zimbabwe, Namibia, Uganda y otros países a quienes dio preciosas instrucciones dignas de servir de guía en su lucha por la libertad política y la prosperidad nacional y les brindó una ayuda material y espiritual. De ahí que en África de entonces estaba en boga la frase que dice: “Para hacer la revolución es necesario encontrarse sin falta con el Presidente Kim Il Sung”.
Gracias a él, quien instruyó y orientó a llevar a cabo la cooperación Sur-Sur basada en el apoyo colectivo en las propias fuerzas, se fundaron las plantas de ensayo de ciencias agrícolas y granjas ejemplares en varios países africanos, y a mediados de la década de 1980 se construyeron más de 30 fábricas e instalaciones de riego en más de 20 países lo cual impulsó dinámicamente el desarrollo socio-económico de dicho continente.
Fidel Castro Ruz, dirigente de la Revolución Cubana, expresó: Cuando nuestro país se hallaba en una situación muy crítica, el Presidente Kim Il Sung fue el primero en darnos una desinteresada ayuda política y material. De veras él es nuestro más íntimo hermano y amigo, ejemplo de genuino internacionalista.

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