lunes, 10 de septiembre de 2018

Unión Masas y Lider

La unidad monolítica y la RPDC

La RPD de Corea se caracteriza por la unidad monolítica que constituye una gran fuerza motriz para la construcción de una potencia socialista y una fuente de todas las victorias. Su tradición fue creada en el período de la Lucha Armada Antijaponesa.
Por aquel entonces los jóvenes comunistas vieron al Sol de la nación en el compañero Kim Il Sung y, aglutinada firmemente en torno suyo, la nación coreana logró la histórica causa de la liberación de la patria en agosto de 1945.
Esta tradición se heredó también después de la liberación del país; los coreanos aceleraron la construcción de un Estado soberano e independiente, rico y poderoso, en fiel acato al llamamiento de Kim Il Sung de contribuir a la construcción de una nueva patria con lo que cada uno poseía, sean la fuerza, los conocimientos o el dinero. En la Guerra de Liberación de la Patria (1950-1953) defendieron firmemente el destino de la patria y la nación y crearon una leyenda de la victoria en ella, sin precedentes en la historia mundial. Después del cese del fuego, en la situación difícil en que todo se redujo a cenizas realizaron la industrialización socialista durante 14 años y levantaron un Estado socialista independiente, autosostenido y autodefensivo. Todos estos hechos son fruto del indoblegable espíritu y la inquebrantable voluntad del pueblo coreano, unido firmemente en torno al Partido del Trabajo de Corea.
En el período de la Marcha Penosa cuando el país sufría pruebas como nunca antes debido a las maniobras de aislamiento y aplastamiento de los imperialistas, confiaron solamente en el Dirigente Kim Jong Il y llevaron a la práctica sus propósitos, salvaguardando el socialismo con el poderío de ideología, el de unidad monolítica, y preparando un sólido cimiento de la construcción de una potencia socialista. En esos días se fortaleció más la cohesión organizativa e ideológica entre el Líder, el Partido y el pueblo, y en todas partes del país reinaba un ambiente en que todos los miembros de la sociedad forman una gran familia armoniosa y viven ayudándose y guiándose entre sí.
Hoy, la revolución coreana la encabeza el Máximo Dirigente Kim Jong Un, quien considera al pueblo como cielo y escribe una noble historia de respeto, aprecio y amor a este. Atraídos por su carisma, los coreanos materializan a carta cabal su proyecto y decisión y crea prodigios y cambios seculares.
Esto es el aspecto de Corea que ha logrado la unidad monolítica que no se puede quebrantar con nada.

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