martes, 17 de enero de 2023

Fundación de la Unión de la Juventud Democrática

 Fundación de la Unión de la Juventud Democrática

El Presidente Kim Il Sung forjó el camino a seguir la revolución coreana desde que constituyó una organización juvenil en la época de la Lucha Revolucionaria Antijaponesa. Al cabo de la liberación del país él presentó la línea de la construcción de una organización juvenil masiva y fundó la Unión de la Juventud Democrática para agrupar a los jóvenes de todas las clases y capas del país.

Kim Il Sung que retornó a la tierra patria tras la liberación de Corea (15 de agosto de 1945), tenía muchas cosas que hacer: fundar el partido, el Estado y el ejército regular, rehabilitar todas las cosas destruidas por el imperialismo japonés y convertir en genuinos dueños del país a los pobladores que deambulaban privados de sus derechos políticos bajo la cruel represión colonial del imperio.

Él trabajaba día y noche para cumplir las tareas que enfrentaba, mientras prestó una gran atención a aunar a los jóvenes y convertirlos en una fuerza principal de la construcción del Estado democrático.

En aquel tiempo, en Corea existían la Unión de la Juventud Comunista, la Unión de Estudiantes, la Unión Juvenil para la Liberación, la Asociación de Jóvenes Cristianos, la Unión de Jóvenes Campesinos y otras organizaciones juveniles que actuaban sin centro unificado ni programas precisos. Para colmo, los enemigos clasistas recurrieron a todas las maquinaciones perversas para dividir el movimiento juvenil y los partidos políticos intentaron atraer a los jóvenes.

En tales circunstancias el Presidente propuso aglutinar a todos los jóvenes patrióticos de distintas clases y capas en una organización democrática de carácter masivo y dirigió activamente su labor.

Envió a ex combatientes revolucionarios antijaponeses a varias localidades con el fin de ayudar la fundación de la Unión de la Juventud Democrática y se hizo presidente de honor del comité preparatorio.

El 28 de septiembre de 34 de la era Juche (1945), Kim Il Sung llamó a un ex combatiente antijaponés a su casa, cuando le sugirió que se encargara del trabajo con la juventud porque era de edad joven y tenía la experiencia de haber trabajado en la UJC en la guerrilla antijaponesa. Luego, lo envió a la organización de la Juventud Comunista en la provincia de Phyong-an del Sur.

A principios de octubre del mismo año, se reunió con los funcionarios de la UJC, ocasión en que propuso convocar una reunión de consulta de activistas de las organizaciones provinciales de la UJC para fundar la Unión de la Juventud Democrática, proclamar la reorganización de la UJC y publicar el programa y estatutos de la UJD y la declaración que exhortara a los jóvenes patrióticos a unirse bajo la bandera de la democracia.

Y participó en el Congreso Fundacional de la Organización de los Jóvenes Democráticos de la Provincia de Phyong-an del Sur que tuvo lugar a finales de noviembre, dirigió el trabajo para constituir el nuevo tipo de agrupación juvenil y generalizó luego su experiencia a todo el país.

En esos días, Kim Il Sung les infundió un cálido amor a los funcionarios de las organizaciones juveniles.

A la madrugada del 2 de diciembre cuando nevaba mucho, él visitó la sede de la UJD en la provincia de Phyong-an del Sur.

En la ocasión él sugirió cambiar las lámparas y puertas del vestíbulo de acuerdo con el gusto de los jóvenes y en una oficina tanteó la temperatura del suelo. En la cocina abrió la tapadera del caldero y recomendó enviarles arroz, soya y pasta de soya con pimienta a los jóvenes que eran joyas del país. Al pasar por la oficina del presidente en el segundo piso, vio a él dormitando con la cabeza apoyada en la mesa tras trabajar hasta la avanzada noche, y se quitó su abrigo para cubrirlo.

Gracias a su minuciosa dirección, se crearon las organizaciones de la UJD en varias localidades y el 17 de enero de 1946, se fundó la Unión de la Juventud Democrática de Corea del Norte que tomaba la idea Juche como su guía rectora y heredaba la gloriosa tradición del movimiento juvenil coreano.

Con su constitución se posibilitó unir a más de 1,3 millones de jóvenes en torno al Partido y movilizarlos activamente en la construcción de una nueva Corea.

Por la noche de ese día en que nació la UJD, el Presidente Kim Il Sung invitó a su casa a los representantes del Congreso Fundacional y les dio brindis a cada uno de ellos.

La Unión de la Juventud Democrática de Corea del Norte es el antecedente de la Unión de la Juventud Patriótica Socialista.

Ejército Rojo Obrero-Campesino

 El 14 de enero de año presente acoge el 64 aniversario de la fundación del Ejército Rojo Obrero-Campesino (EROC).

A fuer de fuerza armada revolucionaria no permanente del Partido del Trabajo de Corea, es la organización armada de obreros, campesinos y otros trabajadores voluntarios que participan en la construcción socialista.

Desde su nacimiento vino defendiendo firmemente la soberanía del país y la nación y las conquistas socialistas desde la invasión de los reaccionarios imperialistas y dio gran aporte a consolidar el sistema defensivo de todo el pueblo y el Estado.

Retrospectivamente, la preciosa tradición de la construcción de fuerzas armadas civiles en nuestro país se creó en el período de la Lucha Revolucionaria Antijaponesa.

El Presidente Kim Il Sung fundó, para no hablar del Ejército Revolucionario Popular de Corea, el Destacamento de Autodefensa Antijaponesa, el Cuerpo de Jóvenes Voluntarios, la Vanguardia Infantil y otras organizaciones armadas populares y creó el modelo de resistencia de todo el pueblo en las bases guerrilleras.

Al generalizar esas experiencias y otras adquiridas en la defensa de las conquistas de la revolución mediante la organización del Destacamento de Autodefensa Popular después de la liberación nacional (15 de agosto de 1945), después de terminada la Guerra de Liberación de la Patria (25 de junio de 1950-27 de julio de 1953), fundó el EROC de acuerdo con la demanda de situación creada y el desarrollo de la revolución.

Su fundación constituyó un evento de importancia histórica en construir fuerzas armadas civiles de nuestro país, establecer el sistema defensivo de todo el pueblo y el Estado teniendo el Ejército Popular de Corea como núcleo y consolidar por todos los medios su poderío.

En el V Pleno del IV Período del Comité Central del PTC que tuvo lugar en diciembre de 51 de la era Juche (1962), el Presidente presentó la consigna combativa “¡Con el fusil en una mano y la hoz o el martillo en la otra” y condujo a todos los miembros del EROC a la lucha por la construcción económica y la capacidad autodefensiva del país.

Gracias a su enérgica dirección, el EROC llegó a mantenerse siempre en la perfecta disposición para defender firmemente desde cualquier agresión enemiga sus aldeas, fábricas, empresas e instalaciones importantes del país.

El Dirigente Kim Jong Il, a su vez, sacrificó todo lo suyo para materializar exitosamente la idea del Presidente sobre la construcción de fuerzas armadas civiles.

La profunda atención y la minuciosa dirección de ambos Líderes fueron parte a hacer que se estableciera el ordenado sistema de mando y ejercicio militar del EROC y se creara el ambiente marcial revolucionario a escala nacional.

Hoy el EROC se ha fortalecido y desarrollado como poderosa tropa de combate para la defensa del pueblo natal y la patria y, a la vez, fidedigno destacamento de flanco del EPC.

Su poderío se manifestó sin reservas en los desfiles militares que tuvieron lugar en Pyongyang el 25 de abril de 91 de la era Juche (2002), y con motivo de los 60, 63 y 65 aniversarios de la fundación de la República Popular Democrática de Corea y hace dos años, mejor dicho, en septiembre de 110 de la era Juche (2021) junto con las fuerzas de seguridad pública en ocasión del 73 aniversario de la fundación de la RPDC.

El Secretario General Kim Jong Un, en su discurso de orientación política pronunciado en la VII Sesión de la XIV Legislatura de la Asamblea Popular Suprema de la RPDC efectuada en noviembre del año pasado, señaló así: La primerísima tarea revolucionaria que encara el Gobierno de nuestra República es conceder mayor prioridad e importancia a la capacidad de defensa nacional, hacer infinita su fuerza absoluta e indestructibles sus fuerzas armadas.

El EROC cumple invariablemente con honrosa su misión y deber en desarrollar la capacidad de defensa nacional y abrir una nueva era dorada de la construcción socialista.

viernes, 5 de agosto de 2022

Publicado comunicado de la Representación Permanente de la RPDC ante la ONU Pyongyang, 4 de agosto (ACNC)

  -- En la X conferencia de revisión de los miembros del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), EE.UU. y algunos países miembros armaron la campaña de confrontación con la República Popular Democrática de Corea cuestionándola injustamente. Al respecto, la Representación Permanente de la RPDC ante la ONU hizo público el día 3 un comunicado que sigue: Hace mucho tiempo, nuestro país se ha retirado del TNP pasando los trámites legales según el artículo estipulado en ese tratado y, por lo tanto, nadie tiene el derecho ni la justificación para censurar el ejercicio del derecho a la autodefensa por parte de la RPDC, país poseedor de arma nuclear fuera del TNP. Hoy en día, el culpable principal, que vulnera el fundamento del sistema de no proliferación nuclear, es precisamente EE.UU. que recurre a la amenaza y chantaje nucleares contra los Estados soberanos violando flagrantemente el TNP fundamentado en el desarme nuclear, la no proliferación y el uso de la energía atómica con fines pacíficos y comete, sin vacilación alguna, hasta la transferencia de arma nuclear para el cumplimiento de su estrategia hegemonista. Él mismo no podrá negar la transferencia de la tecnología del submarino de propulsión nuclear a Australia y la connivencia y promoción de la posesión de armas nucleares por parte de Israel.Es el clímax de la lógica de gángster que el acusador de la supuesta "amenaza nuclear" de alguien fuera ese culpable principal de proliferación nuclear que viene perturbando la paz mundial y la seguridad regional violando de manera histórica y sistemática y artículo por artículo los compromisos del tratado. Para asegurar de verdad la paz y seguridad del mundo, habrá que colocar en el banquillo de acusado del tribunal internacional y enjuiciar a EE.UU. que recurre a la coacción y despotismo esgrimiendo el garrote nuclear. No toleraremos nunca las tentativas de EE.UU. y sus satélites de perjudicar la soberanía e intereses de nuestro Estado acusándolo absurdamente. -0-

Discurso pronunciado por el Estimado camarada Kim Jong Un en el acto conmemorativo con motivo del 69º aniversario de la gran victoria en la guerra

 Los participantes en la Guerra de Liberación de la Patria son la generación más heroica de nuestra República Respetados participantes en la Guerra de Liberación de la Patria, Veteranos de la revolución, conferenciantes y funcionarios del sector de materiales históricos sobre la victoria en la guerra, militares del Ejército Popular, jóvenes universitarios y estudiantes de las escuelas revolucionarias, Queridos ciudadanos de Pyongyang, Amado pueblo coreano, Camaradas: Con gran orgullo y recuerdos gratos, acogemos una vez más el 27 de julio, día de triunfo. Desde aquel día en que obró el milagro del siglo han transcurrido 25.203 días, pero nuestra emoción y orgullo son infinitos como lo han sido todos los años, como si fuera ayer el día de victoria que nos colmó de júbilo y gloria. 

Camaradas:

Les doy calurosas felicitaciones por el gran aniversario del triunfo en la guerra que le dio eterna gloria y fama a nuestra patria. Respetados veteranos de guerra: Les expreso mis más sinceros sentimientos de gratitud por mantenerse sanos y salvos a pesar de la precaria situación económica del país y la crisis sanitaria que nos azotó recientemente. Mil gracias. Camaradas: En este preciso momento, el país entero recuerda a los mártires militares y revolucionarios que dieron su juventud y vida en aras de la soberanía y el honor de la patria, hace votos de que perpetúen su gran alma y espíritu y les rinde su más profundo homenaje. Muchos combatientes conocidos y desconocidos han fallecido y otros tantos veteranos de guerra están ausentes en este lugar, pero la patria ampara en su regazo a todos ellos que la defendieron a costa de la sangre y la vida y en este instante pasan con nosotros esta noche gloriosa. Con el deseo de que las orgullosas ceremonias como esta sigan repitiéndose gracias a la longevidad de los veteranos de guerra y por encargo del Partido y el Gobierno, rindo mi sincero tributo a los vencedores de la década de 1950 que año tras año le han concedido al pueblo el privilegio y la infinita gloria de celebrar el triunfo en la guerra y extiendo mis más sinceros y cordiales saludos a los veteranos y otras personas de mérito en la guerra quienes han servido de base de la existencia y desarrollo de nuestro Estado socialista y siguen siendo para todos nosotros el puntal espiritual y la fuente de gran fuerza. Igualmente, agradezco a sus familiares y otras personas benévolas que no escatiman esfuerzos y devoción para la preservación de su salud y el confort en su vida. Aprovecho la ocasión para expresar mi sincero tributo a los mártires del Cuerpo de Voluntarios del Pueblo Chino quienes derramaron copiosamente su preciosa sangre mientras compartían la vida y el peligro de la muerte con militares y civiles coreanos rechazando en la misma trinchera la agresión imperialista y saludo cordialmente a sus veteranos de guerra. Camaradas: Entre nuestras significativas y felices fiestas nacionales, el 27 de julio es una festividad particularmente enorgullecedora que celebra la victoria.

Para cualquier país y pueblo no hay gloria ni honor más orgullosos y resplandecientes que vencer una guerra de la que depende su destino. La pasada Guerra de Liberación de la Patria fue para nuestra República una contienda de vida y muerte para defender nuestro territorio y pueblo, así como primer enfrentamiento ensangrentado tras la segunda Guerra Mundial entre los dos polos: el campo democrático y el imperialista. El mero hecho de que el imperio estadounidense hubiera destinado a la guerra coreana no solo a sus tropas sino también a colosales fuerzas de países seguidores demuestra la fiereza y el carácter internacional de la contienda. Para el ejército incipiente de un Estado con apenas dos años de fundado era una carga demasiado pesada combatir con tropas agresoras yanquis, las más atroces del mundo, y la banda de sus acólitos. Sin embargo, tal como registra justicieramente la historia, la ambición del arrogante imperio de anexar de un golpe a nuestro territorio y extender su esfera de influencia tropezó ya en su primer intento con un contragolpe de poderío inaudito y una valentía temible y al cabo de tres años de arduo bregar se frustró totalmente con la firma del acuerdo de armisticio. En la guerra coreana las fuerzas militares de Estados Unidos y sus aliados sufrieron una derrota contundente. Defendimos la dignidad, el honor y la soberanía de la República, preservamos el ambiente favorable al desarrollo independiente del Estado y salvaguardamos la paz de la humanidad al impedir la ejecución norteamericana de la estrategia de la hegemonía mundial y evitar una nueva conflagración planetaria. He aquí el enorme significado de la victoria en la Guerra de Liberación de la Patria que ocupa un lugar importante en la historia de la nación y de guerras del mundo. Esa victoria de haber salvaguardado fidedignamente la avanzada, punto más candente de la lucha antiimperialista de Oriente, es la del defensor sobre el agresor, la de la justicia y el progreso sobre la injusticia y la reacción, y la de alcance mundial que comprobó la gran verdad de que ningún agresor, por muy poderoso y superior que fuera, puede vencer a un ejército y pueblo resueltos a resistir a muerte. Los artífices de ese milagro legendario son precisamente nuestros veteranos de guerra aquí presentes y sus inolvidables e innumerables camaradas de armas. Durante la enconada guerra los valerosos defensores de la patria alcanzaron la inestimable gloria que es el triunfo aniquilando al enemigo en numerosas batallas bajo la lluvia de proyectiles de fusil y cañón. La bandera de la República que enarbolaron al frente del ataque se tiñó más con la preciosa sangre de los hijos ehijas de la Corea heroica, dándose a conocer ampliamente en todo el planeta como símbolo de heroísmo, triunfo y justicia y eterno estandarte de la lucha antiimperialista. Camaradas: Hoy el país atraviesa una situación crítica y es en momentos como este cuando apreciamos más el temple indomable de los que enfrentaron sin titubeos la enconada guerra que decidía la vida o la muerte, la existencia o la ruina. Es consabido que ellos, jóvenes comunes y corrientes en los días ordinarios, fueron dignos hijos de la nación que jamás lo fueron en la defensa de la patria. Aquellos ingenuos trabajadores y estudiantes se enrolaron valientemente en el ejército y con el mismo valor se enfrentaron a los agresores norteamericanos, a partir de la confianza en su Partido y poder popular, la inquebrantable fe en el triunfo y el ardiente deseo de defender sus derechos de dueños de un nuevo país y protagonistas de una nueva vida. Movidos por el amor al benévolo sistema social, la tierra natal, el centro laboral, los padres y los hermanos y por el odio al enemigo empeñado en arrebatarles cuanto tenían, superaron con tenacidad las duras pruebas y las dolorosas pérdidas e infundieron pánico y desesperanza a los brutales y salvajes agresores poniendo de manifiesto el heroísmo colectivo sin parangón. Nuestra gran Guerra se encargó de mostrar claramente qué admirable prodigio obran los hombres más sencillos y ordinarios cuando se alzan a muerte en defensa de lo que es suyo. Derramando la sangre defendieron la dignidad, el honor, la integridad territorial y la soberanía de la patria. Y por si todo esto fuera poco, se han consagrado a ella en toda su vida de forma invariable, desinteresada y consecuente y con rectitud, y con su ejemplo han enseñado a las nuevas generaciones lo que es una existencia patriótica. Estas son cualidades genuinamente humanas y rasgos nobles que podemos encontrar únicamente en nuestros veteranos de guerra. Sin las hazañas inmortales de los combatientes conocidos y anónimos, sin su conciencia inmaculada y servicio abnegado, resultan inconcebibles nuestro valioso régimen socialista y nuestro gran Estado que adquiere mayor poderío día tras día. En efecto, ustedes son la generación más heroica que ha asentado el cimiento de la República, inconmovible ante todas las tempestades de la historia, y paradigmas del gran e inflexible pueblo coreano.La lealtad, la valentía y el patriotismo que han demostrado a lo largo de su existencia repercuten en decenas de millones de coreanos. Y por llevar en sus genes la cualidad superior nacida en la cruenta guerra de los años 1950, nuestra revolución lleva adelante su obra generación tras generación, por cuenta propia, de modo inflexible y sin detenerse ni retroceder un paso. Camaradas: Para nosotros el día de la victoria en la guerra no es simplemente una festividad para conmemorar y evocar la saga de una época de heroísmo. Es una oportunidad de gran valor y significación en que cobramos ánimo y coraje y redoblamos el entusiasmo y el espíritu de combate preguntándonos si podemos afirmar con el merecido orgullo a los artífices y testigos de la victoria más aplastante en los años más ensangrentados que nuestra lucha actual es la continuación de esa gran tradición. Hoy asumimos la importante responsabilidad de colocar a la altura de la época actual la gloria y el honor con que la generación de vencedores enalteció al Estado hace 70 años y asegurar la continuidad de esa obra en la siguiente generación. Nosotros también debemos trabajar infatigablemente para las generaciones venideras como lo hizo la de vencedores en la guerra. Potenciar la capacidad de defensa nacional encarnando al pie de la letra el espíritu heroico puesto de manifiesto en la guerra constituye la garantía fundamental de la protección de los intereses y el desarrollo independiente de la República. Las pasadas circunstancias históricas de nuestra revolución que se enfrenta cara a cara con Estados Unidos que sin ningún escrúpulo la chantajea con utilizar artefactos nucleares desde la Guerra de Liberación de la Patria, presentaron como la mayor prioridad situar en su debido nivel la capacidad de autodefensa de nuestro Estado y por consiguiente cumplimos esa tarea apremiante mediante un arduo bregar. En casi 70 años de enconado enfrentamiento con EE.UU. nuestra República ha salvaguardado fidedignamente el socialismo y reforzado sus potencialidades estratégicas de autodefensa, lo cual es una victoria equivalente e incluso mayor que la lograda en la Guerra de Liberación de la Patria. Pero no por ello podemos detenernos donde estamos. Estados Unidos que ha amenazado y perjudicado como nadie a nuestra nación en la época contemporánea persiste en sus peligrosos actos de hostilidad contra nuestra República So pretexto de fortalecer la «alianza», instiga a las autoridades surcoreanas al enfrentamiento suicida con el Norte y por otra parte difunde a porfía el infundio de la amenaza norteña persiguiendo la confrontación militar con nosotros. Inventar tal infundio, atribuirle el carácter de la «autenticidad» y tomarlo como un pretexto para presionarnos es el método habitual del imperialismo norteamericano para la ejecución de su política. Como siempre, en los últimos días fomenta con tenacidad la opinión pública contra nuestra República a escala internacional, calificándola como «autora» de la inestabilidad de la región y «Estado peligroso». En tanto tergiversa como «provocadoras» y «amenazadoras» todas las acciones rutinarias de nuestras fuerzas armadas, realiza a la vista de todos los simulacros conjuntos de gran envergadura que atentan seriamente contra la seguridad de nuestro Estado. Es una dualidad, literalmente vandálica, que irreparablemente empuja las relaciones bilaterales al extremo y al enfrentamiento total. Insiste en manejar la conciencia y la opinión internacionales para que tomen a nuestro Estado como «diablo», pero esto no es más que un método usual que utiliza para encubrir su naturaleza agresiva como perturbador de la paz mundial y justificar su política de hostilidad a todas luces ilegítima e inmoral. Con anterioridad dejé bien claro que a fin de garantizar la seguridad estatal debemos estar preparados tanto para el diálogo como para el enfrentamiento y más aún para este último. La soberbia norteamericana no cambió ni cambia. Tenemos que enfrentarle de forma consecuente con la ideología y con las armas. Reafirmo una vez más que la República Popular Democrática de Corea está bien preparada para todo tipo de enfrentamientos militares con Estados Unidos. Si este continúa en su afán de mancillar la imagen de nuestro Estado y atentar seriamente contra nuestra seguridad e intereses fundamentales, debe estar dispuesto a percibir inexorablemente mayor inquietud y crisis. Aprovechando esta ocasión, el Gobierno de nuestra República también advierte severamente al «gobierno» conservador y otros belicistas surcoreanos que con una anormal y excesiva ambición y confianza en sus fuerzas actúan frenéticamente y son los fanáticos ejecutores de la política hostil de Estados Unidos contra la RPD de Corea. En esta noche, en este momento en que se lanzan los fuegos artificiales en honor de la victoria en la guerra, al sur del frente a más de 250 km de distancia unos abominables fanáticos de enfrentamiento y villanos realizan diferentes acciones militares que amenazan a nuestro Estado. El «gobierno» conservador surcoreano que ha tomado el poder este año recurre a la política de enfrentamiento con los compatriotas norteños, al servilismo a las potencias y a la traición a la patria que en su atrocidad superan a los de todos sus predecesores, llevando la situación de la Península Coreana al borde de una guerra. Las actuales «autoridades» surcoreanas han vuelto a definir a nuestro Gobierno y ejército como «enemigos principales» y se entregan a todas las maldades y maniobras inapropiadas aguzando la voz y presa de pánico, en un vano intento de encarar la situación de confrontación de los compatriotas. Preconizan con descaro «la paz y la seguridad por medio de la fuerza» y declaran vanidosamente que nos propinarán los «golpes anticipados» para neutralizar nuestro disuasivo de guerra. En estos precisos momentos se dedican febrilmente a desarrollar las armas y robustecer su industria de defensa en un afán de redimir su inferioridad militar. Además, intentan introducir en grandes cantidades las armas estratégicas nucleares norteamericanas y siguen ampliando los simulacros de guerra con distintos pretextos. Sin embargo, últimamente se repiten con harta frecuencia sus fanfarronerías y espectáculos vinculados a su seguridad, lo cual parte, a mi juicio, de la incertidumbre que depara su fatalidad de tener que subsistir debajo de un Estado poseedor de armas nucleares. Cada cual pronuncia fanfarronerías que quizás den a entender al pueblo y le sirvan de consuelo como seguridad confiable e inquebrantable y como fuerzas militares avanzadas, pero a mi modo de ver no es más que una muestra de intensa cobardía y susto. Aunque dicen tener establecido el supuesto concepto de «tres sistemas militares tipo surcoreano», hablan ruidosamente de los esfuerzos principales y remueven cielo y tierra con ese objetivo, se verán forzados a aceptar como destino inevitable su inferioridad militar y no la podrán remediar nunca y jamás. Es un absurdo y un acto de autodestrucción muy peligroso que hablen de acciones militares contra nuestro Estado, poseedor de armas insuperables que les provocan el terror pánico. Si el «gobierno» y los bandidos militares surcoreanos buscan alguna posibilidad de enfrentarse militarmente con nosotros y se creen capaces de invalidar o destruir con el ataque preventivo una parte de nuestras fuerzas armadas valiéndose de ciertos medios y métodos militares, ¡se equivocan y de qué manera! Tales tentativas temerarias recibirán el castigo inmediato de una fuerza potente y el «gobierno» de Yoon Suk Yeol y sus tropas se destruirán completamente. El «gobierno» conservador surcoreano debe reconocer, antes de que sea tarde, que ya en su comienzo ha sobrepasado el límite y que debe meditar profundamente sobre el peligro que él mismo está invitando. Recordamos con nitidez los disparates eructados por él y los shows montados por él antes y después de acceder al poder. Igualmente prestamos oídos a las últimas tonterías pronunciadas por los gángsteres militares surcoreanos y observamos con atención cada una de las maniobras militares que realizan con Estados Unidos. No podemos contemplar por más tiempo como meros espectadores sus actos repugnantes e irreflexivos. Si continúan en su proceder actual, acusándonos de nuestro ejercicio de soberanía con sus falacias vandálicas, atentando contra nuestra seguridad y agravando la tensión militar, lo pagarán con la misma moneda. Si no quieren que los señalen con el dedo acusador catalogándolos como «presidente entre la espada y la pared» y «gobierno expuesto al peligro más grande», deberán reflexionar más antes que abrir la boca, no importunarnos sin ton ni son y, mejor aún, no hacer ningún trato con nosotros. Camaradas: Ahora nuestras fuerzas armadas están completamente preparadas para contrarrestar cualquier contingencia y también la capacidad disuasiva nuclear de nuestro Estado está totalmente lista para movilizar su absoluta fuerza con precisión y prontitud y leal a su misión. Afirmo que la seguridad de esta tierra, el régimen y el poder de este país defendidos al precio de la sangre por los veteranos de guerra se garantizan plenamente por la poderosísima capacidad de autodefensa y el espíritu indomable. Nosotros seremos más fuertes. Defenderemos cual bastión inexpugnable nuestro Estado, pueblo y soberanía con la exhaustiva capacidad militar que se incrementa cada vez más y con el espíritu inflexible contra el imperialismo, Estados Unidos, el Sur de Corea y el enemigo.La situación de nuestra revolución -cuya misión es controlar y aniquilar mejor la persistente maquinación del enemigo para incrementar los armamentos y sus peligrosas tentativas militares- plantea la necesidad de renovar con mayor celeridad nuestra capacidad militar. Y con vistas a cumplir con responsabilidad esta misión histórica, el Comité Central del Partido ha definido recientemente la tarea relacionada con el desarrollo y la estrategia de la capacidad de defensa nacional y orienta su exacta materialización. Aunque la guerra es el choque inclemente entre dos fuerzas, el triunfo está siempre a favor de la parte imbuida del amor ardiente y convicción firme. Una verdad que no altera en las actuales batallas que requieren de la introducción total de los últimos logros de la tecnología militar. Nuestro Ejército Popular se centrará en todo momento a promover la superioridad político-ideológica, fuente de su poderío e invencibilidad, y crecerá como tropas más poderosas del mundo que demuestren su capacidad de ataque mediante el inquebrantable espíritu revolucionario, la valentía sin par y el ímpetu indoblegable. Aprendiendo de la generación de vencedores, todo el pueblo sabrá relacionar sus alegrías y penas con el destino de la patria, superará con audacia las dificultades que se interponen en el camino de avance mediante el espíritu de lealtad patriótica, y se entregará con perseverancia a la construcción socialista. Si logra innovaciones en los puestos de defensa y trabajo con la firme conciencia clasista, sin olvidar ni un instante que la lucha antiimperialista y clasista es la defensa de su propio destino y de la patria, nuestra creación y construcción cobrarán mayor ritmo y propinarán golpes más duros al enemigo. Nuestra generación es la de continuadores y relevos que tienen el deber de coronar con grandes triunfos los anales de la patria heredando de forma excelente el heroísmo de la generación de vencedores. Nuestro Partido y Gobierno siempre concederá preferencia a preparar a millones de jóvenes como revolucionarios fervorosos y luchadores patrióticos que continúan firmemente las tradiciones espirituales, legado de los participantes en la Guerra de Liberación de la Patria. Todos los jóvenes se entregarán de lleno a la sagrada obra de defensa de la patria, aprendiendo de los veteranos cuán valerosos deben ser en el campo de combate y cómo defender el pabellón nacional y crearán milagros y méritos con la pasión juvenil y el heroísmo masivo en todos los frentes de la construcción socialista, glorificando su época como otra nueva de heroísmo.Los conferenciantes y funcionarios del sector de materiales históricos sobre la victoria en la guerra de todo el país cumplirán con su responsabilidad y misión como propagandistas y educadores eficientes quienes inculcan a los civiles, militares y jóvenes las hazañas realizadas por el gran Líder y el Partido por medio de la atinada orientación para la victoria en la guerra y el espíritu de la lucha heroica de los defensores de la década de 1950. Camaradas: El tiempo pasa y todo cambia, el espíritu de la lucha heroica enlaza en un linaje a nuestras generaciones y las integra en un conjunto con una vida inextinguible. Y esta es la fuerza irresistible que tipifica a nuestro Estado y pueblo. Nuestra República, heredera fidedigna de la historia y tradición de la gran victoria en la guerra, será siempre indestructible. Las proezas de los participantes en la Guerra de Liberación de la Patria quienes en los años más cruciales defendieron el Estado, la nación y el porvenir, perpetúan junto con la República eternamente próspera. Estimados veteranos de guerra: Como herederos del espíritu de la heroica generación de vencedores de la guerra, lucharemos con más vigor y perseverancia y levantaremos infaliblemente un paraíso socialista poderoso y próspero en este territorio defendido por ustedes. Una vez más les reitero que su sola presencia nos infunde un ánimo realmente grande. Deseando de nuevo que se cuiden pase lo que pase, formulo mis más sinceros votos de su buena salud y larga vida. Camaradas: ¡Viva nuestro gran 27 de julio! ¡Viva la República Popular Democrática de Corea, nuestra gloriosa patria!