Kim Jong Un
Renovemos la
producción agrícola con la bandera de la Tesis rural socialista en alto
Mensaje a los participantes en la
Conferencia Nacional de Jefes de Equipo del Sector Agrícola
6 de febrero de 103 de la era Juche
(2014)
Nuestro
Partido ha tomado la decisión de convocar a la Conferencia Nacional de Jefes de
Equipo del Sector Agrícola, con el objetivo de renovar la producción agrícola
enarbolando la bandera de la Tesis rural socialista en ocasión del
cincuentenario de su publicación.
En esta magna
cita han participado los ejemplares jefes de equipo y otros cuadros del sector
agrícola quienes, deseosos de anticipar el día en que nuestro pueblo disfrute
plenamente de una vida abundante y dichosa, han dado una gran muestra de abnegación
patriótica y sobrecumplido el plan de producción de cereales, verduras, carne y
frutas.
Mis calurosas
felicitaciones a los participantes en la Conferencia y mi sincero
agradecimiento a todos los agricultores y funcionarios del sector, que defienden
firmemente el frente de la agricultura socialista y a los militares y civiles
que ayudan al campo de todo corazón, siguiendo la dirección del Partido.
Hace
cincuenta años el gran Líder, compañero Kim Il Sung, hizo pública la Tesis sobre el problema rural socialista en nuestro país e iluminó por primera vez en la
historia el camino hacia la solución del problema. Es una imperecedera obra
clásica que da satisfactorias respuestas teóricas y prácticas a la referida
cuestión y un gran programa de nuestro Partido para la construcción del campo
socialista. Con su publicación el gran Líder realizó una proeza histórica y
sempiterna para la causa de las masas populares por la independencia y la del
socialismo.
Luego de
haberse publicado la Tesis, nuestro país experimentó una gran transformación en
el campo socialista.
El exitoso
impulso de las revoluciones ideológica y cultural en el campo evolucionó de
manera trascendental los rasgos espirituales de nuestros agricultores y supuso
un gran desarrollo en su vida cultural. Ellos se han formado hoy como
fidedignos protagonistas del sector agrícola socialista que, armados con la
idea Juche, la idea Songun, y unidos estrechamente en torno al Partido y el
líder, se entregan en cuerpo y alma para materializar la política del Partido
acerca de la agricultura. Ha elevado notablemente su nivel cultural y técnico,
las aldeas rurales se han convertido en poblados modernos de carácter
socialista y como resultado, han disminuido considerablemente las diferencias
entre la ciudad y el campo en los estándares de la vida cultural. Con el
vigoroso avance de la revolución técnica se han introducido la irrigación, la
electricidad, las máquinas y los productos químicos en la economía rural, se
han dado gigantes pasos de avance en la tarea de acondicionar todas las tierras
laborables del país como tierras dignas del socialismo, así como se han
consolidado las bases material y técnica del sector agrícola.
Los cambios
históricos que se han producido en el campo de nuestro país comprueban claramente
la justeza y vitalidad de la Tesis rural socialista del gran Líder. Gracias a
su gran e inmortal programa nuestro pueblo ha podido dar un brillante ejemplo
en la construcción rural socialista.
La Tesis es
la gran bandera de la construcción del campo socialista que nuestro Partido
debe enarbolar invariablemente.
Nos
corresponde materializar cabalmente las tareas presentadas en ella, para de
esta forma lograr un nuevo auge en la construcción rural de la nueva centuria y
solucionar definitivamente el problema rural.
Es necesario
impulsar con más vigor las revoluciones ideológica, técnica y cultural en el
campo.
Se colocará
en primer plano la revolución ideológica con miras a formar a todos los
agricultores como revolucionarios de la era del Songun que, pertrechados con el
kimilsungismo-kimjongilismo, se abniegan por el bien de la sociedad y el
colectivo y en aras de la patria y el pueblo, y con la conciencia inmaculada y
sinceridad dedican todo lo suyo al desarrollo de la agricultura nacional. Es
preciso inculcarles la inconmovible fe en el socialismo y la firme conciencia
de clase de carácter antiimperialista, de manera que consideren como su propia
vida el socialismo a nuestro estilo, lo amen fervorosamente y luchen
implacablemente contra las maniobras de la penetración ideológica y cultural
del imperialismo.
Con vistas a
edificar con éxito un Estado socialista civilizado como desea nuestro pueblo y
solucionar definitivamente el problema rural, hay que acelerar la revolución
cultural en el campo. En acato a la consigna de formar a todos los ciudadanos
como excelentes científicos y técnicos, se promoverá la divulgación de
conocimientos científicos y técnicos, todos los agricultores aprenderán la
avanzada tecnología agrícola, manipularán con habilidad los modernos medios
tecnológicos y un mayor número de ellos se incorporarán en el sistema educativo
que les permite estudiar sin abandonar las actividades laborales. Hace falta
crear óptimas condiciones para el pleno disfrute de la vida cultural y
sentimental y modernizar más las aldeas hasta transformarlas en civilizados y
hermosos parajes del socialismo.
Nos toca
impulsar enérgicamente la revolución técnica en el campo, conforme a la demanda
de la era de las ciencias y la tecnología, era de la informática, a fin de
consolidar más las bases material y técnica de la economía rural y elevar
ininterrumpidamente el nivel de la adaptación científica y la modernización de
la agricultura. Debemos promover la mecanización integral y la aplicación de la
química en la economía rural para acortar la distancia entre las faenas
agrícolas y las industriales y liberar de una vez para siempre a los campesinos
del trabajo engorroso. En cuanto a la irrigación del campo, nos atañe afianzar
los éxitos ya alcanzados, construir nuevas instalaciones, fomentar la
introducción de varios y avanzados métodos y perfeccionar el sistema.
La tarea más
importante que hoy encara el sector es cultivar bien la tierra y aumentar
decisivamente la producción.
La
agricultura es la avanzada para la defensa del socialismo y el sector principal
que nos exige concentrar la fuerza para la edificación de una potencia
económica socialista.
Los
imperialistas que no desean que seamos fuertes y ricos, crean dificultades en
la vida alimentaria de nuestro pueblo mediante el recrudecimiento de la presión
y las sanciones económicas, en un vil intento de debilitar su fe en el
socialismo. Nos compete cultivar bien la tierra a toda costa, hallarle una
respuesta satisfactoria al problema alimentario de la población y de esta forma
frustrar las maquinaciones del enemigo contra nuestra República y socialismo.
Ahora que hemos ocupado con todo derecho la posición de la potencia
ideo-política y militar, con un buen cultivo y el autoabastecimiento de víveres
nuestro socialismo se mantendrá incólume y proseguiremos el proceso
revolucionario y constructivo como nos hemos propuesto y con ánimo, pese a las
siniestras maniobras del enemigo.
Por la gran
importancia de la agricultura, nuestro Partido la ha definido como sector
principal para la construcción de la potencia económica y ha lanzado el llamado
de que en este año sea la primera que sostenga la antorcha de la innovación en
la construcción de un Estado socialista poderoso y próspero.
En el sector
deben cultivar bien la tierra en este año significativo en que se cumple el
cincuentenario de la publicación de la Tesis rural socialista, cumplir cueste
lo que cueste la tarea de la producción cerealera presentada por el Partido y
el Estado y, a partir del 2015 en que se celebra el septuagésimo aniversario de
la fundación del Partido del Trabajo de Corea, alcanzar las metas más altas.
Al tiempo que
incrementar decisivamente la producción cerealera, es imperioso inyectar nuevos
bríos en todas las ramas de la economía rural como el cultivo de verduras, la
ganadería y la fruticultura.
Para aumentar
de manera trascendental la producción agrícola, se debe introducir las ciencias
y la tecnología en la agricultura, según las exigencias de la política del
Partido y del método de cultivo jucheano.
Este método
es una valiosa herencia creada por el gran Líder. Un método propiamente nuestro
que se ajusta a las condiciones reales del país y un método superior de cultivo
científico e intensivo que asegura una abundante cosecha por muy adversos que
sean el medio natural y el clima.
Fue el gran
compañero Kim Jong Il quien definió como tal ese método
original y científico, descubierto por su predecesor como fruto de un ingente
esfuerzo, y condujo enérgicamente su puesta en práctica. Buen conocedor de las
exigencias de la realidad en desarrollo, presentó como orientación del Partido
la idea de producir una revolución agrícola en la era del Songun, con el fin de
aplicar cabalmente el mencionado método, abriendo un amplio camino para la
solución del problema agrícola.
La llave
maestra para aumentar la producción agrícola en nuestro país con limitada
superficie de tierras laborables es recurrir a las ciencias y la técnica, tal
como exigen la política del Partido y el método agrícola jucheano, y lograr el
máximo rendimiento en cada hectárea.
Ante todo, se
debe impulsar la revolución de la semilla.
La semilla es
lo más esencial en el cultivo. Es necesario conceder importancia a su
mejoramiento y prestarle atención primordial. Hace falta obtener variedades que
aseguren alto rendimiento en el clima y el suelo del país, requieran de poco
abono y corto período para su crecimiento y que sean resistentes a distintos
causantes de estragos como sequía, tempestad, enfermedades e insectos nocivos.
Mientras que obtenemos buenas variedades con nuestros propios recursos, también
debemos prestar atención a la tarea de introducir del extranjero las que
aseguren alto rendimiento.
Es
indispensable renovar la labor de la obtención de semillas. Al sector agrícola
le compete realizar esa labor de manera científica y tecnológica, a fin de
producir y asegurar suficiente cantidad de excelentes semillas, según requieran
cada localidad y granja cooperativa. Se debe construir modernas plantas de
tratamiento de semillas de acuerdo con la demanda de la era del cultivo
científico y establecer el sistema que permita seleccionar, clasificar y
revestir las semillas en un proceso integral y suministrarlas a las granjas.
Nos atañe
lograr innovaciones en el método de cultivo.
La importante
reserva para el incremento de producción está en renovar el método de cultivo
según la tendencia actual del desarrollo agrícola.
Es preciso
distribuir correctamente las plantas y variedades partiendo del principio del
cultivo adecuado en tierra y período apropiados e introducir ciencias y
tecnología en su abonamiento y cuidado.
Hay que
distribuir plantas y variedades en conformidad con las peculiaridades de la
región, su medio natural y clima. Deben promover el cultivo de plantas idóneas
para una determinada región, por ejemplo, cultivar principalmente arroz en la
zona donde se recoge una buena cosecha de dicha planta. Lo mismo sucede con el
maíz o con la papa. Dada la diferencia del ambiente natural y el clima entre
regiones, granjas y parcelas de una misma granja, hay que hacer un estudio
científico sobre el provecho real que pueda reportar el cultivo de unas u otras
plantas y variedades y saber distribuir las más apropiadas.
En las
granjas cooperativas harán exhaustivos preparativos para las faenas de cultivo
de distintas fases y, sobre esta base, realizarán las labores de cada periodo a
su debido tiempo y con calidad. Se debe evitar la tendencia a obligar
indistintamente a todos a que hagan tal trabajo hasta tanto tiempo, sin tener
en cuenta el ambiente natural, el clima y otras particularidades de cada una de
las regiones, so pretexto de que aseguran la tempestividad en el cultivo.
Resulta
importante abonar la tierra de manera científica y técnica. Al aplicar eficaces
métodos de abonado que concuerden con las peculiaridades de las plantas y fases
de su crecimiento, producirán más cereales con menos fertilizante. En lugar de
aferrarse al abono nitrogenado, también utilizarán armoniosamente el fosfórico,
el potásico, el silíceo y los de microelementos. En las granjas cooperativas
descartarán los viejos métodos de controlar el agua y utilizar abonos y otros
productos agroquímicos a ojo de buen cubero y optarán por el avanzado método de
abonado y cuidado de las plantas, basado en la medición y análisis científicos.
Es
indispensable introducir ampliamente la avanzada tecnología y métodos de
cultivo.
Actualmente
se estudian y aplican varios métodos que posibilitan elevar notablemente el
rendimiento con el uso de menos semillas, mano de obra y materiales. Debemos
generalizarlos ampliamente. Es imperioso optimizar el aprovechamiento de la
tierra e intensificar el cultivo al practicar activamente las cosechas dobles y
triples con ayuda del cultivo mixto o el de distintas plantas en distintas
temporadas, cuyas ventajas se han comprobado en las granjas, así como al
priorizar el cultivo de una variedad de cereales con otra o de cereales con
papas y lograr el cultivo científico y sustancial de cereales con verduras o
con plantas para fines industriales.
Nos toca
fomentar el método de la bioagricultura. En este método lo fundamental es
producir y utilizar gran cantidad de abonos orgánicos. Actualmente no son pocos
los funcionarios del sector quienes piensan que la agricultura es inconcebible
sin el abono químico, lo cual es un concepto erróneo. En una tierra que
contenga muchos elementos orgánicos, las plantas se cultivan bien aunque se les
dé poco abono químico. La tendencia mundial del desarrollo agrícola también
prefiere el cultivo con el abono orgánico y no con el químico.
Con vistas a
hacer más fértil la tierra y lograr de forma sostenida el alto rendimiento por
hectárea, hemos de abonar mucho la tierra. Producir el abono orgánico significa
incrementar la producción cerealera. Al sector le corresponde poner empeño en
la producción del abono y echar en cada hectárea de los arrozales y secanos
entre 20 y más de 30 toneladas de abono de buena calidad. En las granjas
aprovecharán al máximo las reservas de abono como el estiércol del ganado, las
basuras de las ciudades, el abono vegetal y el cieno.
El abono
hukbosan, denominación puesta por el gran Líder en el sentido de que es un
tonificante del suelo, y el orgánico compuesto son de alta eficacia. En el
sector agrícola se debe concentrar los esfuerzos en la producción del primer
abono, así como consolidar las bases de producción del segundo abono e
incrementar su elaboración.
Es imperioso
establecer el sistema de producción circular en cadena que combina la
agricultura y la ganadería, método ventajoso tanto por el aumento de las
cabezas de ganado como por la producción de excelentes abonos que contribuye a
una rica cosecha de cereales. En las granjas deben atenerse invariablemente a
la orientación del Partido de implantar el mencionado sistema y materializarla
cabalmente, para de esta forma activar la ganadería y aumentar la producción
cerealera.
Es imperioso
desarrollar la ciencia y la tecnología agrícolas.
El sector de
investigación de ciencia agrícola debe concentrar la fuerza en la solución de
los problemas científico-técnicos que se presentan para materializar la
política del Partido sobre la agricultura, entre ellos los relativos a la
semilla, la tecnología de cultivo y la invención de nuevas máquinas agrícolas.
Con el sentimiento patriótico de aportar a la rica cosecha con sus resonantes
éxitos, los científicos y técnicos de la esfera asumirán como tarea principal
la solución de los problemas acuciosos en la producción agrícola y
desarrollarán su trabajo con el objetivo bien definido y con tesón hasta
consumarlo.
Es preciso
introducir a tiempo en la producción los logros de la ciencia y la tecnología
agrícolas. A tal efecto deben ser activos, superando la obstinación en las
viejas experiencias y el menosprecio de las ciencias y la tecnología.
Para aumentar
la producción es necesario proteger las tierras cultivables y extender las
plantaciones de cereales.
La tierra es
el medio principal de la producción agrícola y valioso patrimonio nacional para
las generaciones venideras. En el sector de la economía rural pondrán empeño en
la protección territorial para evitar la pérdida de tierras cultivables.
Realizarán regular y sustancialmente la trasplantación de árboles, la
regulación de ríos y riachuelos y la reparación y mantenimiento de instalaciones
para evitar la anegación y pérdida de tierras cultivables en la temporada de
lluvia e impulsarán de manera planificada la formación de bancales con
terraplenes de hierba para resguardarlos de los daños naturales. Al mismo
tiempo se esforzarán de modo activo por restaurar las tierras destruidas por la
inundación y rescatar las perdidas hasta recuperar la superficie que está
registrada en el plano de la distribución del territorio. Es particularmente
importante acabar con el uso indebido y derroche de tierras cultivables. Hay
que establecer una rigurosa disciplina y orden de modo que no ocurran
ilegalidades como la intrusión en los terrenos laborables y su uso para otros
fines e intensificar el control administrativo y legal contra esos fenómenos.
En tanto que seguimos esforzándonos por la construcción de pólderes, debemos
ensanchar las tierras cultivables recurriendo a varias posibilidades.
La
agro-silvicultura es un método idóneo para aumentar la producción de cereales
con la eficiente utilización de los bosques. El gran General Kim Jong Il se refirió a la necesidad de
convertir todas las montañas en las de oro y de tesoro que nos regalan
alimentos y vestidos. En ciudades y distritos definirán acertadamente los
objetos y desarrollarán en gran escala la agro-silvicultura para así aumentar
la producción de cereales y acelerar la forestación.
Hace falta
renovar la estructura de la producción agrícola concediendo prioridad a la
producción de cereales, hasta el punto de maximizarla. Ya que para nosotros la
solución del problema alimentario es el imperativo más acucioso, debemos hacer
lo posible por reducir las plantaciones no gramíneas y ampliar arrozales y
maizales. Al Consejo de Ministros le corresponde revisar la situación general
del uso de tierras cultivables por las unidades no pertenecientes al Ministerio
de Agricultura, darles aceptables planes de producción de cereales y exigirles
su cabal cumplimiento.
Es necesario
desplegar activamente el movimiento para labrar la tierra con los propios
recursos.
Los encargados
de la producción agrícola son precisamente los funcionarios y trabajadores del
sector. Y es muy natural que ellos cultiven la tierra por su propia cuenta. En
las condiciones actuales no es una tarea fácil para las granjas cooperativas,
pero esto no quiere decir que es imposible. En las granjas cooperativas
ejemplares donde están grabadas las huellas de dirección del gran Líder y del
gran General sobrecumplen los planes de la producción con sus propios esfuerzos
e incrementan la retribución de sus trabajadores, al despertar su conciencia y
entusiasmo y organizar de manera intachable las faenas de cultivo de todas las
fases. A todas otras granjas les compete aprender esta experiencia y esforzarse
con denuedo para cultivar la tierra con sus propios recursos.
El equipo es
la unidad más inferior del campo que ocupa una posición importante en el
desarrollo de la economía rural y la producción agrícola.
Al elevar su
papel se puede desarrollar la economía rural socialista y renovar la producción
agrícola.
Es preciso
manifestar plenamente la superioridad del sistema de autogestión del equipo.
Creado por el
gran Líder, es una buena forma de organizar la producción y un método superior
de administración que inducen a los agricultores a participar en la producción
y la gestión en calidad de dueños, con apego a la economía conjunta. Su
superioridad ya se ha comprobado fehacientemente en la práctica.
Al sector
agrícola le incumbe aplicar correctamente el sistema de autogestión de equipo,
según las exigencias de la realidad en desarrollo, de manera que los granjeros
manifiesten su gran responsabilidad y creatividad. Conforme a los
requerimientos de este sistema hay que trazarles claramente a los agricultores
las tareas sobre el mantenimiento de la tierra, el desarrollo del proceso de
cultivo y el cumplimiento del plan de producción y hacer un balance oportuno y
sustancial de modo que todos ellos, conscientes de su condición de dueños,
trabajen con gran entusiasmo y responsabilidad. Ya que recientemente, con el
fin de elevar el afán de los granjeros por la producción, implantamos el
sistema de cuidar con responsabilidad las parcelas, dentro del marco del
sistema de autogestión del equipo, las granjas cooperativas deben aplicarlo
correctamente acorde a la situación de cada cual para que tenga efecto en la
producción agrícola.
En la
aplicación del sistema de autogestión del equipo resulta importante atenerse
estrictamente al principio socialista en la retribución. El igualitarismo no
tiene nada que ver con este principio y va en detrimento del afán de producción
de los granjeros. Los equipos tienen que hacer a tiempo y correctamente la
evaluación del trabajo diario de sus miembros según la cantidad y calidad del
trabajo. Y en obediencia a las exigencias del principio de la retribución
socialista, deben repartir a los campesinos principalmente en especies, en
atención a las puntuaciones que hayan obtenido, luego de restar cierta cantidad
definida por el Estado de los cereales que hayan producido sus unidades. El
Estado debe definir racionalmente el plan de acopio obligatorio de cereales, a
base de un cálculo correcto de la demanda de alimentos del país y los intereses
y las necesidades de la vida de los granjeros, para que estos, llenos de
confianza, hagan mayores esfuerzos.
Es imprescindible
elevar la responsabilidad y el papel de los jefes de equipo.
Ellos son
núcleos del campo en los que se apoya nuestro Partido en su empeño por afianzar
la posición del campo socialista y dirigentes de base que organizan y llevan a
cabo el cultivo y la gestión del equipo. De la manera de desempeñar sus
funciones depende la materialización o no de la política agrícola del Partido y
la manifestación o no de la superioridad y la vitalidad del sistema de
autogestión del equipo.
Conscientes
del objetivo que persigue el Partido al convocar la presente Conferencia como
la primera del año, cumplirán sus deberes con responsabilidad y éxito.
Primero,
deben ser fervorosos defensores, propagandistas y cumplidores de la política
agrícola del Partido y el método de cultivo jucheano.
Al aceptarlos
como guía de acción más justa e inquebrantable fe, los defenderán firmemente en
cualquier circunstancia y condición. Deben conocerlos mejor que nadie y
divulgarlos activamente entre los agricultores. Se atendrán a sus exigencias
para realizar todos los quehaceres de labranza y cumplirán a toda costa la
tarea de producción asignada a sus equipos, considerándola como una orden de
combate del Estado.
Segundo,
deben ser genuinos dueños del equipo y hábiles dirigentes que cultivan la
tierra y gestionan sus unidades con responsabilidad y creatividad.
Trazarán con
previsión el plan de cada proceso de cultivo, conforme a la situación de sus
equipos, y organizarán con escrúpulo el empleo de la mano de obra y el trabajo
para cumplir a tiempo y con calidad todas las tareas agrícolas. Con la
determinación de contribuir cual abono a la rica cosecha, se levantarán más
temprano y se acostarán más tarde que otros para ser los primeros en cumplir
las faenas más difíciles. Deben meditar a toda hora y estudiar mucho para el
aumento de la producción y la mejor administración del equipo. Urge superar la
subjetividad y la arbitrariedad e incentivar el ingenio y la creatividad de su
colectivo para perfeccionar constantemente sus gestiones.
Tercero,
deben ser genuinos agricultores de la nueva centuria, versados en todas las
faenas agrícolas y conocedores de las modernas ciencia y tecnología agrícolas.
Conocerán
como la palma de la mano sobre todos los trabajos del campo, asimilarán las
modernas ciencia y tecnología de la agricultura y se prepararán para manejar
con habilidad varias máquinas agrícolas. Serán sensibles a lo nuevo y muy
emprendedores e introducirán con audacia las avanzadas técnicas y métodos y las
valiosas experiencias sobre la agricultura.
Cuarto, deben
ser diligentes en el cuidado y la administración de bienes comunes de la
granja.
Lograrán la
unidad con los miembros del equipo y apreciarán, amarán y preservarán tierras,
máquinas, animales de tiro y otros útiles de labranza como si fueran sus
propios bienes y carne. Orientarán a los integrantes del equipo a que,
conscientes de que son dueños de la economía común, participen en tal calidad
en la producción y administración y no practiquen el maltrato y la dilapidación
de los bienes de la granja y de los productos.
Quinto,
amarán y atenderán a los miembros del equipo como si fueran el mayor de los
hermanos.
Tratarán con
amabilidad a todos ellos, con diferentes caracteres, vocaciones y niveles de
preparación, y trabajarán bien con ellos hasta prepararlos como dignos miembros
de una gran familia socialista. Los amarán de corazón, se interesarán más por
la vida de ellos que por la suya y los atenderán con responsabilidad. Con ellos
serán siempre corteses, compartirán las alegrías y las penas, convivirán en
armonía y con optimismo, y de ellos obtendrán el afectuoso calificativo de
“nuestro jefe de equipo”.
Son muy
grandes la confianza y la esperanza que nuestro Partido deposita en los jefes
de equipo del sector agrícola. A todos ellos les compete conocer bien su misión
y cumplirla al pie de la letra, como precursores y abanderados del campo
capaces de levantar una furiosa llamarada de innovaciones en la producción
agrícola.
Es preciso
promover la ayuda del Estado al campo.
Esta es uno
de los principios fundamentales de la construcción del campo socialista
estipulados en la Tesis rural. Sin ella es inconcebible el asentamiento de la
agricultura sobre un fundamento científico, su modernización y el continuo
incremento de la producción agrícola.
Hace falta
que el Estado aumente las inversiones en el sector agrícola y mejore el
abastecimiento de materiales. En este tipo de ayuda lo importante es
suministrar en el tiempo oportuno el abono necesario para la producción
agrícola. El abono son precisamente los cereales. Se debe abastecer de
electricidad y carbón al Complejo Químico Juventud de Namhung y el Complejo de
Fertilizantes de Hungnam, arsenales que tienen a su cargo el aprovisionamiento
de municiones al frente de la agricultura socialista, de manera que normalicen
en alto nivel la producción. Producirán tanto el abono nitrogenado como el
fosfórico, el potásico, el silíceo y los de microelementos. Se enviarán al
campo muchos tractores y otras máquinas modernas y también se le suministrarán
suficientemente la electricidad, el combustible, las mantas de vinilo, los
productos agroquímicos y otros materiales con arreglo a las fases de las faenas
agrícolas.
Se necesita
ayudar al campo con la mano de obra. Dado que la agricultura no está mecanizada
aún en el nivel deseado, es preciso que todo el país brinde la ayuda laboral al
campo. Esta ayuda será organizada apropiadamente en atención a las
peculiaridades de cada localidad y granja cooperativa en tanto que los
voluntarios deben asumir la misma responsabilidad que los campesinos y realizar
las faenas agrícolas con esmero y escrupulosidad. A la par de promover la ayuda
al campo, se debe combatir la movilización de las fuerzas laborales y equipos
de labranza de las granjas cooperativas en las tareas ajenas a la agricultura.
Es preciso
elevar las funciones del Consejo de Ministros y los organismos de dirección de
la agricultura.
De su
desempeño dependen en gran medida los cambios en la producción agrícola
mediante la movilización de todos los recursos.
El Consejo de
Ministros, consciente del propósito del Partido que concede importancia a la
agricultura en la construcción del Estado poderoso y próspero, se atendrá al
principio de concentrar esfuerzos en ese sector al proyectar, organizar y
dirigir las actividades económicas y resolverá a tiempo los problemas
relacionados con la producción agrícola. En cuanto al aprovisionamiento de la
agricultura, no se limitarán a impartir planes y apremiar su cumplimiento en un
despacho, pretextando las dificultades económicas que enfrenta el país sino
averiguarán in situ los problemas pendientes en la producción y adoptarán
medidas decisivas para resolverlos.
Los
organismos de la dirección agrícola deben cumplir plenamente su responsabilidad
como encargados de la agricultura. Abandonarán decididamente las actitudes de
profundo arraigo como el subjetivismo, el burocratismo y el formalismo. Al dirigir
las labores agrícolas priorizarán la asistencia técnica, generalizarán los
avances técnicos y metodológicos, exigirán a las granjas cooperativas el
acatamiento de las normas científico-técnicas en el cumplimiento de los
trabajos agrícolas y les brindarán eficiente apoyo en este sentido.
Es necesario
intensificar la dirección del Partido sobre el sector agrícola.
A las
organizaciones del Partido les corresponde realizar sus actividades en el
sentido de defender y ensalzar las proezas sempiternas realizadas por el gran
Líder y el General para el desarrollo de la agricultura del país y materializar
la política agrícola del Partido.
Deben
realizar sustancialmente la labor política encaminada a estimular el espíritu
de los funcionarios y trabajadores del sector.
La clave para
el aumento de la producción agrícola es activar la fuerza espiritual de los
integrantes del sector. Las organizaciones del Partido
deben lograr que ellos, como fieles adeptos al
patriotismo deKim Jong
Il, lo apliquen
plenamente en las prácticas y que aprendan el espíritu de lucha heroica de los
campesinos de la generación anterior que en el fragor de la guerra aseguraron
la producción de cereales. Trasladarán el escenario de la labor política a los
terrenos de cultivo, donde realizarán una dinámica labor de agitación para
estimular el entusiasmo y ánimo de los campesinos y excitar el esfuerzo de toda
la granja por la mayor productividad.
Crearán la
unidad modelo y promoverán la emulación de las demás unidades para superarla.
Uno de los tradicionales métodos de trabajo de nuestro Partido consiste en
crear un prototipo e incitar al mundo a imitarlo teniéndolo como referencia.
Las organizaciones del Partido harán que la unidad obtenga esa distinción con
sus propios esfuerzos y no con la ayuda exterior e incorporarán a las demás
unidades a la reñida emulación por superar al modelo. En la granja cooperativa
también se crearán la brigada y equipo ejemplares y se desarrollará una
dinámica emulación para que otras unidades también se ganen esa reputación.
Son de suma
importancia la posición y el papel de los comités distritales del Partido en la
solución del problema de cereales mediante la aplicación consecuente de la
política agrícola trazada por el Partido. Uno de los deberes más importantes
que ellos asumen es mejorar el cultivo en su distrito. Les corresponde
estimular a los funcionarios del comité de gestión de granjas cooperativas y
otros organismos administrativos y económicos del distrito a que con elevado
sentido de responsabilidad proyecten y dirijan sustancialmente la labor
encaminada a lograr innovaciones en la producción agrícola, y rectificar los
errores a su debido tiempo. También les compete dirigir escrupulosamente a
todas las organizaciones del Partido en el campo para que cumplan
infaliblemente su plan de producción agrícola movilizando todos los recursos a
la labranza.
Les incumbe
reforzar las filas de jefes de equipo. Elegirán para este cargo a personas
fieles al Partido, de elevado espíritu patriótico y con amplios conocimientos
técnicos y alta calificación profesional y los conducirán a responder con la
mayor producción de cereales a la gran confianza depositada a ellos por el
Partido y el pueblo.
Estoy
firmemente convencido de que todos los funcionarios y trabajadores del sector
agrícola, con la inquebrantable fe en la victoria, registrarán avances
trascendentales en la producción agrícola enarbolando la bandera de la Tesis
rural socialista.
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